El pintor francés Nicolas-Antoine Taunay viaja a Brasil en 1816 y permanece en estas tierras hasta 1821. Es el primer artista extranjero con sólida formación académica que llega a tierras brasileñas después que lo hiciera Frans Post a inicios del siglo XVII. Formó parte de la llamada Misión Francesa, invitada al país por el rey portugués Don José VI con el propósito de que sus integrantes fundaran en la capital una Academia de Bellas Artes.

La pintura representa un luminoso paisaje tropical en la zona de Tijuca, donde el artista se estableció durante su permanencia en Brasil. Esta región se encuentra a unos 20 kilómetros de Río de Janeiro, ciudad que se encontraría en la distancia al fondo de la composición.

Manejando diestramente los principios de las perspectivas lineal y aérea, y colocando su punto de vista en la elevación denominada los Altos de Bella Vista, el pintor expande su mirada hasta perderse en la lejanía. El pincel recrea algunos animales en el primer plano, numerosos detalles de la exuberante y frondosa vegetación de la selva tropical y los diversos accidentes geográficos del paisaje.