De Nueva York a Berlín el mundo del arte no deja de hablar sobre la crisis de la crítica de arte, pero ¿qué se ha dicho acerca de su estado en América Latina?
El siglo 21 ha generado una gran cantidad de artículos, conferencias y libros dedicados a la crisis de la crítica—esfuerzos que hasta ahora parecen haber fracasado pues esta crisis persiste. La crítica de arte sigue siendo incapaz de recuperarse frente a los rápidos cambios en el mundo del arte. El curador, el galerista y el coleccionista parecen haber sustituido al crítico como el principal mediador entre el arte y su público. La crítica que realmente critica al arte contemporáneo es una especie rara y en peligro de extinción.
Se nos dice que nuestro momento histórico no sólo es "post-moderno", sino también "post-crítico". El rigor, el compromiso, la narrativa y el juicio se han convertido en palabras sucias, anticuadas y autoritarias. También se nos dice que este es un gran momento para el arte latinoamericano: el mercado está en auge y su presencia en las principales ferias internacionales es muy bien recibida. Pero ¿la crítica de arte de América Latina es de alguna manera responsable de este éxito? ¿El trabajo latinoamericano se ha beneficiado o perjudicado con el estado de la crítica de arte a nivel mundial? ¿Quién es responsable de este éxito?
Con el fin de explorar el estado actual de la crítica de arte en América Latina por favor considere las siguientes preguntas: ¿Hubo alguna vez una edad de oro de la crítica de arte latinoamericano? ¿Acaso la crítica de arte en América Latina funciona como bastión para las teorías que se desarrollan en los centros del capitalismo (capitales del arte como Nueva York, Londres, París y Berlín)? ¿o hay una crítica de arte en ciernes de la mano del arte que se produce en América Latina hoy? ¿Puede la crítica de arte decaer mientras la práctica del arte florece? Por último, si usted está de acuerdo con la idea de que la crítica de arte está en crisis (ya sea en América Latina o en el mundo), ¿cómo puede recuperarse, o siquiera importa?