Tengo la edad suficiente para recordar cuando se pensaba que toda la abstracción geométrica de Latino América era “arte de aeropuerto”, y que representaba una posición reaccionaria. ¡Cómo han cambiado las cosas! Hoy en día, los museos y las ferias de arte están repletos de arte abstracto, bueno y malo; en una conferencia académica reciente, mis colegas mexicanistas se quejaron de ser marginados por la embestida de académicos estudiando y presentando versiones cada vez más extremas del canon abstracto-conceptual. Nosotros en el CPPC también somos responsables de promover una visión de Latino América progresiva, desarrollista y optimista, contraria a la imagen narrativa oscura y trágica que predominó con pocas excepciones desde los 1970. Esta imagen de una Latino América radiante y optimista, ¿simplemente reemplaza un estereotipo por otro? ¿Es que el canon constructivo/conceptual intenta complacer el gusto de una auto-proclamada elite cultural, o en realidad representa una imagen del arte y cultura latinoamericana más precisa y menos estereotipada? ¿Es Tomás Maldonado el nuevo Frida Kahlo?